“Un clima confuso interrumpía todo pensamiento racional y coherente.”Así abre “El café metálico” de Jimmy Crispin.
El protagonista viaja, desconociendo tanto su origen como su destino; luego de varias páginas descubre que su nombre es “Jota”, requerido por Adam, su compañero de camino y pesadilla.
Jota y Adam atraviesan rutas plagadas de cadáveres en el inicio, para adentrarse en espacios cada vez más violentos, participando a su vez del horror y la sangre.
La destrucción constante de cualquier certeza racional, las referencias a William Burroughs, John Dee y Fernando Arrabal entre otros, los juegos de tarot y alquimia, la búsqueda de un destino o significación que explique la fractura y el vacío detrás de lo real; y por sobre todo, la belleza onírica de ciertos cuadros escencialmente brutales. Con esos ingredientes está preparado este café metálico, servido sólo en bares de dimensiones soñadas por el genio y la locura.
Un libro de puta madre, entre nosotros.
¡ De próxima aparición!
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